A pesar de las numerosas vidas sacrificadas en la isla durante el tumultuoso viaje para desenterrar sus tesoros, muchos exploradores expertos y con talento siguen arriesgándose.
A los hermanos Lagina nunca les han preocupado los horribles rumores; de hecho, su interés por el tesoro oculto de la isla es cada vez mayor. Averigua por qué siguen obsesionados con descifrar este antiguo misterio. ¿Qué tan cerca están los hermanos Lagina de resolver el caso? Sigue leyendo y descubrirás el misterio tú mismo.
Los hermanos Lagina
A pesar de las numerosas vidas sacrificadas en la isla durante el tumultuoso viaje para desenterrar sus tesoros, muchos exploradores expertos y con talento siguen arriesgándose.
A los hermanos Lagina nunca les han preocupado los horribles rumores; de hecho, su interés por el tesoro oculto de la isla es cada vez mayor. Averigua por qué siguen obsesionados con descifrar este antiguo misterio. ¿Qué tan cerca están los hermanos Lagina de resolver el caso? Sigue leyendo y descubrirás el misterio tú mismo.
Una obsesión temprana
Rick Lagina, un niño de 11 años, no era consciente de que su vida cambiaría por completo tras hojear un ejemplar del periódico "Reader's Digest" en 1965.
El artículo que le llamó la atención trataba de la leyenda de un tesoro enterrado en una isla en las tierras salvajes de Canadá. Él y su hermano Marty quedaron aún más fascinados cuando su padre les enseñó un artículo sobre la isla del Roble (Oak Island) en "The Wall Street Journal".
La llamada de Rick
De los dos hermanos, Rick era el que más interesado estaba por seguir investigando sobre el tesoro enterrado, sobre todo cuando se enteró de que mucha gente había probado suerte y había fracasado. Hay gente que es más aventurera y curiosa por naturaleza, ese era el caso del joven Rick.
Puede que en ese momento fuera muy joven, pero era consciente de que tenía una gran misión que cumplir y no pensaba echarse atrás ni rendirse.
Un explorador nato
La fijación de Rick Lagina por el tesoro de la isla del Roble no fue una sorpresa, ya que el joven era un explorador nato. Ya había participado en una búsqueda del tesoro en 1964 en Kingsford, su ciudad natal.
En esta exploración, se emocionó al ver una enorme roca de granito. Como era un niño pequeño, su curiosidad le llevó a comprobar qué había debajo, así que pidió ayuda a su hermano Marty y a un grupo de otros niños de su edad de su vecindario para mover la roca. ¿Qué se escondía detrás?
La piedra sólo fue el principio
Para consternación de Rick y sus amigos, no encontraron ni rastro de objetos de valor debajo de la gran roca. Encontraron un montón de tierra, pero eso era de esperar, ¿no? Sin embargo, las almas curiosas nunca se rinden, y un pequeño contratiempo no fue suficiente para detener a Rick.
Rick sabía que había algo más esperándole en alguna parte del mundo, tenía que encontrarlo.
Una extraña revelación
En 1796, otro joven descubrió una extraña hendidura en el suelo de la isla del Roble. Ocho años más tarde, la empresa Onslow Company puso en marcha un equipo de búsqueda en la zona. Nunca sabremos por qué tardaron tanto en iniciar la búsqueda, pero más vale tarde que nunca.
Tras localizar las extrañas marcas, los exploradores excavaron hasta dar con algo sólido. Encontraron una lápida enterrada con una extraña inscripción.
La inscripción
Tras encontrar la piedra con la inscripción, sólo quedaba una cosa por hacer: intentar descifrar lo que ponía, ¡por supuesto! Los expertos se pusieron manos a la obra, intentando interpretar y comprender la transcripción. Sólo había un problema: no eran capaces. Lo más probable es que no tuvieran las herramientas ni los conocimientos necesarios.
No sería hasta casi 100 años después, 90 para ser más exactos, que consiguieran traducir finalmente la inscripción.
La maldición de la tablilla
Hasta 1886 no se descifró el estremecedor mensaje grabado en la piedra. Todo gracias a un profesor de Halifax. El texto decía: "A cuarenta pies de profundidad, yacen enterradas dos millones de libras". Nadie tenía ni idea de lo que significaba "libras", pero hay que admitir que suena inquietante.
¿O a lo mejor no? ¿Podía eso significar que había un tesoro esperando a ser descubierto más abajo?
¿El tesoro era de Shakespeare?
Pero primero hablemos del origen del tesoro, han surgido muchas teorías al respecto. Algunos, curiosamente, remontan el origen del tesoro a William Shakespeare, muchos de los que dudan de que el bardo fuera real, creen que sus obras literarias fueron escritas en realidad por Francis Bacon. Así que algunos buscadores de tesoros plantearon la hipótesis de que Bacon pudo haber construido una fosa para enterrar sus manuscritos y sus ganancias.
Aunque esta teoría resulte atractiva, hoy en día ya está totalmente aceptado que Shakespeare era, bueno, él mismo y no Francis Bacon ni ningún otro.
La isla de María Antonieta
Otra teoría sugiere que el tesoro oculto de la isla del Roble pertenece en realidad a una célebre dama de la realeza: María Antonieta. Se cuenta que María envió a su criada hasta Nueva Escocia para esconder sus riquezas y joyas en la isla. Se rumorea que incluso la Armada francesa participó en la operación, pero nunca se confirmó.
Un detalle que poya esta teoría es que cuando María fue arrestada en Varennes no llevaba ninguna joya puesta.
Piratas de la isla del Roble
La lista de teorías es interminable y en algunas de ellas participan piratas y marineros. Se cree que el capitán Kidd enterró parte de su tesoro en esta isla.
Mientras tanto, otros creen que cuando el capitán Barbanegra afirmó haber escondido algo "donde nadie más que Satanás y yo podamos encontrarlo", en realidad admitió haber escondido algo en la isla.
Más de una teoría puede ser cierta
También existía una teoría que sugería que los marineros españoles habían escondido su tesoro en un lugar secreto de la isla. Aunque estas ideas pueden resultar fascinantes, no hay pruebas que respalden ninguna de ellas. Aun así, si lo pensamos detenidamente, también existe la posibilidad de que más de una de estas historias sea cierta, tal vez los manuscritos de Shakespeare se encuentren junto a las joyas de Antonieta, que están escondidas a pocos kilómetros del tesoro de Barbanegra.
A pesar de todo lo que te hemos dicho, la próxima teoría que te vamos a contar es sin duda la más interesante.
Un tesoro sagrado
Una de las teorías más intrigantes sobre el tesoro de la isla del Roble está relacionada con las supuestas marcas masónicas que se pueden encontrar por toda la isla. Las marcas encontradas parecen coincidir con un ritual masónico.
¿Existe la posibilidad de que tal ritual tuviera lugar en la isla? ¿Es posible que los francmasones tengan algo que ver con la isla y que también hayan escondido allí un tesoro?
Ecos del pasado
Volvamos ahora a 1796, cuando se produjo un intrigante descubrimiento. Vamos a refrescarte la memoria: un joven llamado Daniel McGinnis paseaba por la isla del Roble cuando vio una extraña hendidura circular en la tierra. Se acercó y observó un árbol con las ramas cortadas.
Le pareció que habían quitado las ramas intencionadamente para que el árbol sirviera para algo: para hacer de polea. Cuando recordó todas las historias de piratas y cofres del tesoro que había oído a lo largo de los años, el chico habló con sus amigos y les pidió ayuda para investigar más a fondo.
Empezando a investigar
Decidido a conocer más detalles, Daniel McGinnis buscó la ayuda de sus amigos, John Smith y Anthony Vaughn, para descubrir lo que pudiera esconderse bajo el árbol. Con todas sus fuerzas e interés, los jóvenes empezaron a cavar y, tras alcanzar los dos pies de profundidad, dieron con una losa.
Pero si pensabas que esto sería suficiente para pararles, estás más que equivocado. Esto solo consiguió avivar más su curiosidad.
Más investigación
Los jóvenes decidieron quitar la losa y seguir cavando, hasta descender otros 10 metros, encontrando capas y capas de troncos de roble. Hay que elogiar su determinación, ¿alguna vez te has atrevido a cavar en el suelo durante horas?
Terminaron por darse cuenta de que no podían avanzar mucho más y pensaron que tendrían que esperar años antes de poder continuar con su misión. Sin embargo, esto era sólo el comienzo de su gran aventura...
Cavando más hondo
Casi una década después, llegó la compañía Onslow y excavó en la misma parte donde lo habían hecho los tres muchachos en el pasado. Con su equipo, pudieron excavar más profundo y, tras alcanzar los 18 metros, encontraron más troncos de roble, esta vez con fibra de coco y carbón vegetal en gruesas capas.
Guiados por la curiosidad de qué podía haber más abajo, el equipo siguió cavando hasta que se toparon con la tablilla de piedra.
¿Un pozo inundado?
Entusiasmados con el descubrimiento e imaginando que estaban a punto de desenterrar los ricos frutos de su trabajo, sacaron otra capa de troncos de roble. De repente, el agua empezó a inundar la fosa. ¿Significaría esto que todo su trabajo había sido en vano?
¿Podría ser otro señuelo para distraerlos de la búsqueda de oro? La única manera de detener la inundación era hacer un túnel para evacuar el agua.
Tocando fondo
Nada de lo que intentaron funcionó y el constante flujo de agua les imposibilitaba seguir con su misión. La compañía Onslow se dio cuenta de que no podía continuar con su búsqueda.
El pozo se diseñó con una vía de agua de 152 metros que conecta con Smith's Cove. Esto significa que el agua puede entrar libremente desde el mar, y cada vez que se intenta vaciarlo, rápidamente vuelve a llenarse gracias al inagotable suministro oceánico.
Un retraso de 45 años
Este enigma tuvo una enorme repercusión en el descubrimiento del misterioso tesoro. Intentar encontrar la manera de sortearlo provocó un retraso de casi medio siglo en la exploración. Sin embargo, ni siquiera esos obstáculos aparentemente insuperables pueden disuadir a los exploradores.
Sin dejarse intimidar por los desafíos del tesoro de la isla del Roble, en 1849, un nuevo equipo de exploradores llamado The Truro Company, puso un pie en la isla. Encontraron una forma eficaz de perforar muestras del pozo sin que el agua supusiese un problema.
Un nuevo grupo de exploradores
Después de trabajar duro a diario, por fin tuvieron un golpe de suerte: mientras perforaban, les tocó el gordo. ¡Yupi! Extrajeron con éxito dos cofres llenos de monedas.
Pensaron que era el primer indicio del enorme tesoro escondido que prometía la piedra. Se dijo que también se habían descubierto tres enganches de oro de una cadena, pero desaparecieron y nadie supo qué ocurrió ni cómo.
Un hoyo más profundo
The Truro Company se dio cuenta de que el llamado "pozo del dinero" era más profundo. Por ello, tuvieron que drenar el agua una y otra vez. Sin embargo, al repetir el proceso, se dieron cuenta de que ocurría algo extraño: el nivel del agua de la fosa se movía con las mareas.
Al percatarse de ello, descubrieron que toda la playa era artificial; una compleja construcción con desagües y túneles subterráneos. Seguramente este tipo de esfuerzo sólo se llevaría a cabo para proteger un tesoro de gran valor, ¿verdad?
La tormenta que lo arruinó todo
The Truro Company se planteó crear una presa para obstruir el flujo de agua y desenterrar el tesoro. Sin embargo, descubrieron que alguien ya lo había intentado cuando se encontraron con una presa más antigua. Entonces se desató una tormenta.
La tormenta provocó una marea inusualmente alta que arruinó todo su duro trabajo. A estas alturas, ya estaban demasiado inmersos, y el esfuerzo les había vaciado los bolsillos. A falta de fondos para reconstruir, tuvieron que abandonar.
La primera pérdida
En 1861, la Asociación de la Isla del Roble intentó resolver el caso. Se volcaron en alcanzar una profundidad de casi 27 metros en el "pozo del dinero". Hicieron un nuevo pozo para impedir la entrada del agua.
Por desgracia, el equipo sufrió una tragedia devastadora cuando toda la parte inferior del pozo se vino abajo. Al reventar la válvula, uno de sus miembros perdió la vida. Empezaron a circular rumores de que unos piratas fantasmas actuaban como guardianes del tesoro escondido.
Un extraño artefacto de piel de borrego
Cuando el siglo XVIII estaba a punto de llegar a su fin, otro equipo de exploradores decidió arriesgar sus vidas para intentar encontrar el oro y la gloria. Mientras investigaban los misterios que cubrían el "pozo del dinero" y la isla del Roble, descubrieron un pergamino de piel de oveja con letras impresas, un objeto terrorífico de por sí.
Pero aún hay más, no podían entender lo que ponía en él, lo que resultó tremendamente molesto y frustrante.
Otra tragedia
Aun así, incluso sin saber qué significaba el pergamino, querían seguir excavando. Justo cuando se acercaban a la meta de su misión, Maynard Kaiser, uno de los exploradores del equipo, encontró su trágica muerte.
Todo ocurrió cuando intentaban subirlo a la superficie. Mientras lo izaban, su cuerda se desenredó de la polea y, desafortunadamente, Maynard murió al caer por el pozo. ¿Fue sólo un accidente? ¿O tal vez formaba parte de una maldición que pesaba sobre la isla?
El involucramiento del presidente Roosevelt
En algún momento, incluso el difunto presidente Franklin Delano Roosevelt se involucró en los misterios de la isla del Roble. Movido por el entusiasmo que le producían las historias de navegación de su familia, continuó investigando el misterio del tesoro de la isla hasta su muerte, en 1945.
Roosevelt era miembro del grupo The Old Savage. A pesar de que la tripulación de exploradores no avanzó mucho en su búsqueda del tesoro, siguió supervisando los intentos y avances realizados en la isla del Roble. En 1939 planeó visitar la isla en secreto, pero no llegó a hacerlo debido a las condiciones meteorológicas y a ciertos problemas internacionales.
El intento de un empresario
En 1928, un empresario neoyorquino, Gilbert Hedden, quedó cautivado por la singularidad del misterio que rodeaba a la isla tras leer un artículo sobre ella. Como operador de una empresa de fabricación de acero, sintió curiosidad por los problemas de ingeniería con los que se toparon los exploradores anteriores.
Decidido a aplicar sus conocimientos de ingeniería y, por supuesto, a probar suerte en la búsqueda del conflictivo tesoro, llegó a la isla con su socio, Fred Blair. Perforaron algunos de los pozos y descubrieron algo más intrigante que lo que se había encontrado hasta el momento. ¿Podría ser esta pareja la clave para resolver el misterio?
Más descubrimientos
La decisión de Gilbert Hedden y Fred Blair de enfrentarse a la isla del Roble no les decepcionó, ya que se convirtieron en los primeros testigos de las últimas revelaciones de la isla. Lo que la pareja descubrió fue una piedra con marcas casi iguales a la que se descubrió en 1804 en el "pozo del dinero". Más tarde, hallaron en Smith's Cove madera vieja que parecía ser el material exacto que se utilizó cuando se construyó inicialmente el pozo.
Lo que la pareja descubrió fue una piedra con marcas prácticamente iguales a la que se descubrió en 1804 en el "pozo del dinero". Más tarde, encontraron en Smith's Cove madera vieja que parecía ser el mismo material que se utilizó cuando se construyó.
Un estrato extraño
Otro buscador de tesoros fue Erwin Hamilton, que llegó a la isla en 1938. Cuando empezó a perforar en 1939, se topó con dos descubrimientos interesantes. A unos 58 metros de profundidad en el "pozo del dinero", encontró algunas rocas y grava intrigantes. Al comprobarlas, Hamilton se dio cuenta de que eran extrañas y que habían sido colocadas allí intencionadamente.
Su siguiente descubrimiento fue una extraña capa de piedra caliza natural que contenía algunas astillas de roble. Por ello, creyó que debajo de la capa de caliza había otra capa de madera. Hamilton estaba encantado con sus hallazgos, pero terminó en un punto muerto.
Robert Restall
El siguiente que quiso acercarse a examinar la isla fue Robert Restall, quien, al igual que los anteriores exploradores, se mostró esperanzado al iniciar su misión. Restall llegó a la isla en 1959 y descubrió una piedra con la inscripción "1704" grabada.
Sin embargo, una horrible tragedia acabó con su misión y con su vida. Cuando acababa de trasladar a su familia a la isla del Roble para poder proseguir su expedición, Restall inhaló monóxido de carbono de un motor, lo que le hizo caer, sin conocimiento, por el "pozo del dinero".
Más muerte
Por si esta historia no fuera suficientemente terrible, Robert Restall Jr. estaba allí y presenció la caída de su padre. Se precipitó al pozo e intentó rescatarlo, sin saber que pronto sufriría el mismo destino que su padre.
El hijo inhaló los mismos gases tóxicos que hicieron que su padre se precipitara por el pozo. Una vez lo hizo, Restall Jr. corrió la misma trágica suerte.
Más fallecimientos
Dos trabajadores de la zona, Karl Graeser y Cyril Hiltz, se dirigieron rápidamente al pozo e intentaron descender para rescatar a los hombres Restall. Sin embargo, también inhalaron monóxido de carbono y murieron en el pozo.
Fue el mayor desastre de la isla: cuatro muertes en un día. El "pozo del dinero", al parecer, se estaba abriendo camino para alcanzar dicha cifra prescrita en los mitos: siete muertes antes de que el tesoro saliera a la luz.
El siguiente explorador
El mismo año en que los hombres de Restall y sus trabajadores fallecieron, Robert Dunfield llegó a la isla. Suponemos que no le amedrentaron las extrañas muertes ni los rumores de que fantasmas protegían el tesoro, porque trajo consigo un ejército de grúas, excavadoras y maquinaria pesada para seguir cavando en el pozo.
Excavó aproximadamente a 43 metros de profundidad, alcanzando la capa de piedra caliza que ya habían encontrado anteriormente.
Más pistas extrañas
Otro hombre llamado Daniel C. Blankenship también fue a excavar al "pozo del dinero" en 1965. Sus esfuerzos dieron fruto cuando encontró un clavo forjado a mano, una arandela y una piedra con forma de corazón a 43 metros de profundidad. Aunque estos extraños descubrimientos no tenían mucho sentido de forma aislada, formaban parte de un rompecabezas que poco a poco iba encajando.
Uno que ciertamente se resolvería con el tiempo solo si eran capaces de encontrar suficientes pistas.
Triton Alliance
A finales de la década de 1960, se creó un grupo llamado Triton Alliance para continuar la búsqueda del escurridizo tesoro. El equipo utilizó maquinaria pesada con la esperanza de hacer hallazgos significativos y, lo más importante, desenterrar el tesoro.
Aparte de recuperar algunos artefactos, como unas tijeras de hierro forjado de 300 años de antigüedad, la exhaustiva búsqueda del equipo no reveló casi nada útil. Sin embargo, la tripulación de curtidos exploradores se negó a desistir de su dura misión.
Una idea brillante
En 1976, la Triton Alliance tuvo una idea brillante sobre lo que podían hacer para intentar lograr un gran avance. En ese momento, ya se disponía de nueva tecnología que no existía cuando las expediciones anteriores intentaron resolver el caso.
Hundieron un tubo de acero Borehole 10-X en el suelo. Su objetivo era introducir una cámara en el pozo. El trabajo dio sus frutos, y los incansables exploradores se vieron recompensados con cosas asombrosas.
Descubrimientos fascinantes
La cámara descendió por la caverna, lo que vieron les impactó. Las imágenes de la cámara revelaron una serie de objetos y herramientas suspendidos en el agua. Descubrieron zapatos de cuero y, para su horror, una mano humana cortada.
Los miembros de la Triton Alliance se emocionaron aún más cuando vieron tres cofres que se parecían mucho a los que la gente usa para enterrar tesoros. Fue un día realmente abrumador para el equipo. Aunque estaban entusiasmados con los cofres, era difícil no sentirse desconcertados por los restos humanos.
El final de la búsqueda
Tras ver las impactantes imágenes del fondo del pozo, la Triton Alliance envió buzos para recuperar los objetos, pero se llevaron otra sorpresa: no pudieron encontrar ninguno de los objetos que habían visto en la cámara. La corriente en el pozo era tan fuerte que hacía que la arena y la suciedad se agitaran constantemente, por lo que la visibilidad se volvía tremendamente reducida.
Los buzos estaban prácticamente ciegos en su búsqueda de los objetos. No tardaron demasiado en rendirse en esa misión.
Otro callejón sin salida
Pocos minutos después de que los buzos decidieran rendirse y salir, ocurrió algo terrible. El pozo se vino abajo. El grupo no tuvo más remedio que abandonar la excavación.
No querían darse por vencidos, ya que estaban ansiosos por recuperar los intrigantes objetos que habían visto en las imágenes de la cámara, por lo que el grupo intentó excavar de nuevo el pozo, pero, al igual que muchos que lo habían intentado antes que ellos, al final se quedaron sin recursos económicos.
La popularidad de la isla del Roble
Una década después de que la Triton Alliance diera oficialmente por concluida su búsqueda del tesoro enterrado, la isla del Roble empezó a despertar el interés del público. La misteriosa isla apareció en un episodio del programa de televisión de 1979 "In Search Of..." ("En busca de..."). El episodio relativo a la isla le granjeó al misterio una enorme base de fans, tanto a nivel local como internacional.
Con las intrigantes historias y los impactantes descubrimientos sobre los numerosos intentos de resolver el caso, la isla empezó a recibir el reconocimiento del público. De hecho, personas de todo tipo sintieron curiosidad por el escurridizo tesoro y las leyendas que lo rodeaban.
Un conflicto de titularidad
Se rumorea que en la isla hay enterrados 2 millones de libras, por lo que no es de extrañar que surgieran conflictos. En 1983, la Triton Alliance y uno de sus miembros, Fred Nolan, se pelearon por los derechos sobre ciertas partes de la isla. La empresa demandó a Nolan por la propiedad de siete de los solares de la isla.
Nolan fue demandado por daños y perjuicios que afectaron enormemente al negocio turístico de Triton Alliance. Su empresa recurrió en 1989, pero perdió por segunda vez. Mientras se sucedían las batallas legales, el misterio de la isla del Roble permaneció sin cambios durante más de una década (de 1990 a 2005). Hasta que finalmente llegaron los hermanos Lagina...
Los hermanos Lagina
El viaje en busca del tesoro de Triton Alliance en la isla del Roble apareció en un artículo del "Reader's Digest" de 1965, el mismo artículo que despertó el interés de Rick Lagina cuando sólo tenía 11 años.
En 2005, los hermanos vieron la oportunidad de entrar en la isla del Roble cuando se enteraron de que una parte de ella estaba a la venta por unos 7 millones de dólares. Invirtieron el cincuenta por ciento en una empresa llamada Oak Island Tours Inc. La determinación de encontrar el tesoro con el que soñaban de niños seguía viva a sus 50 años.
Nuevos comienzos
A modo de nuevo comienzo para su viaje a la isla del Roble, los hermanos Lagina integraron la tecnología moderna a la que los exploradores anteriores no habían tenido acceso. Rick y Marty estaban más que decididos a ponerse manos a la obra e investigar más a fondo la isla. Con la ayuda de la tecnología más avanzada, los hermanos pudieron buscar no sólo en el legendario "pozo del dinero", sino también en otras partes inexploradas de la isla.
La inundación del pozo ya no era un obstáculo, pues los hombres disponían de los medios tecnológicos para crear soluciones eficaces. Para su sorpresa, sus esfuerzos revelaron secretos y aliados que distaban mucho de sus expectativas.
La maldición de la isla del Roble
Cuando el Canal Historia se enteró del duro trabajo de los hermanos Lagina en el misterio de la isla del Roble, la empresa encargó un programa de televisión llamado "The Curse of Oak Island" (La maldición de la isla del Roble). Aparte de atraer a un público más amplio, el programa también ayudó a los hermanos a recaudar fondos para seguir equipando su búsqueda con los recursos necesarios.
El programa también dio más sentido y credibilidad a la búsqueda del tesoro. Con su creciente popularidad en todo el mundo, mucha gente esperaba respuestas.
Hábiles y preparados
Aunque desarrollaron su ardiente deseo de explorar el misterio de la isla del Roble a una edad temprana, los hermanos Lagina esperaron mucho tiempo para emprender la búsqueda del tesoro. Y con la edad y la sabiduría de su lado, llegaron preparados.
Marty tenía una amplia experiencia en pozos de gas y excavaciones, y compartía sus conocimientos y habilidades con su hermano, Rick. Marty había trabajado en varios pozos de gas, por lo que había pasado tiempo con diversos expertos en ingeniería. Supo aprovechar sus contactos y recurrir a ellos como asesores profesionales.
Su primer descubrimiento
Uno de los primeros proyectos de los hermanos para su programa fue excavar en un pantano para poder buscar más lejos que cualquier explorador que les hubiera precedido. Resultó que el pantano reveló su primer tesoro: una moneda de cobre española datada en el siglo XVII. Esto demostraba que los españoles ya habían visitado la isla.
Se formularon varias teorías y especulaciones a partir de las importantes pruebas encontradas. Una de ellas sugiere que el tesoro escondido perteneció al rey Salomón.
Más descubrimientos
La serie tuvo éxito en sus dos primeras temporadas, pero fue en la tercera cuando los hermanos Lagina realizaron sus descubrimientos más emocionantes. Con la ayuda de expertos que les asistieron con lecturas de sonar y en el drenaje del pozo, Rick y Marty acabaron descubriendo la mayor recompensa de la isla hasta el momento.
Encontraron una espada romana y una talla portuguesa. La cosa se puso más interesante cuando descubrieron pruebas de que los aztecas habían explorado la isla en el pasado.
La vida es una búsqueda del tesoro
A sus cincuenta años, Rick consideraba que el viaje en busca del tesoro de la isla de del Roble era una importante continuación de un preciado sueño de su infancia.
"Aquí hay una historia que aún está por escribir. Un tesoro, quizá, pero es una historia realmente maravillosa de hace mucho tiempo. Cada día parece como si estuviéramos pasando una página de un libro realmente bueno", dijo Rick. Reflexionando sobre su búsqueda del tesoro, también añadió que "para mí, la vida es una búsqueda del tesoro. Todos estamos en una a nuestra manera, y resulta que ahora mismo estamos en una de verdad".
El mapa francés
Durante la tercera temporada del programa, los hermanos Lagina encontraron un mapa francés del año 1647. El mapa de la isla del Roble estaba ilustrado en francés y contenía algunos datos valiosos en sus contornos. El mapa indicaba que había un ancla, una válvula y una escotilla para ayudar a los exploradores en su búsqueda del tesoro de la isla.
El mapa también dejaba entrever que el supuesto tesoro podía proceder de África. Estos símbolos e indicios fueron de gran ayuda para los hermanos Lagina, ya que les facilitaron pistas vitales de las que habían carecido los anteriores exploradores.
Un poco del Titanic
Aunque parezca mentira, el misterio de la isla del Roble tiene relación con la trágica historia del Titanic. Se especuló con que Vincent Astor contribuyó con una increíble cantidad de dinero a la excavación de la isla del Roble. Fue su fuerte convicción la que le llevó a donar una ingente cantidad de dinero, ya que se decía que creía que en la isla existía realmente un tesoro monumental.
Astor esperaba incluso que pudieran recuperar el Arca de la Alianza. El acaudalado hombre de negocios había heredado la fortuna de su famoso padre, John Jacob Astor IV, fallecido durante la tragedia del Titanic.
Barry Fell
Uno de los muchos hábiles y sagaces exploradores del misterio de la isla del Roble era un hombre llamado Barry Fell (un nombre aterrador, teniendo en cuenta los destinos que corrieron muchos de los exploradores que tantearon la isla).
Fell era zoólogo de profesión en Harvard y arqueólogo, y afirmaba que las tallas descubiertas en la isla del Roble procedían de los cristianos coptos del norte de África, que podrían haber visitado el lugar en la antigüedad.
Salvando vidas
Más que puro entretenimiento, "The Curse of Oak Island" ("La maldición de la isla del Roble"), del Canal Historia, cambió la vida de al menos uno de sus seguidores. Un antiguo fan se emocionó cuando su casa, en extrañas circunstancias, fue salvada por el programa.
El tejano encargó un Aqua Dam (como el que se usa en la serie) para salvar su propiedad de los duros envites de la inundación que llegó tras el paso del huracán Harvey. Debió de ser el único fan de la isla del Roble de la zona porque su casa fue la única del bloque que se salvó.
Mucho chapapote
Joy Steele cree haber resuelto el misterio. Afirma que, de hecho, hay más pozos aparte del que hemos mencionado durante todo el artículo. Estas fosas, según ella, no eran más que gigantescos recipientes de almacenamiento de alquitrán excavados por el ejército británico para ayudar en la construcción y el mantenimiento de sus barcos.
Para añadir legitimidad a su teoría, Joy destacó varios emplazamientos de construcción naval en Carolina del Norte que se parecen a la instalación de la isla del Roble y que eran famosos pozos de almacenamiento de alquitrán. ¿Podría ser que la respuesta no sea más que alquitrán? Tendremos que esperar a que nuevos exploradores intenten hallar la respuesta definitiva.